Para los que pertenecemos al mundo de Android, el hecho de que nuestro dispositivo se actualice a una versión superior de la que venia de fábrica se convierte más en un golpe de suerte que en una costumbre por parte de los fabricantes. Así pues, no es raro ver cómo terminales tan válidos como el Samsung Galaxy S6 o el OnePlus 2 se quedan anclados en una versión desfasada de Android. Es por ello que hoy os vamos a explicar las razones por las cual vuestro smartphone o tablet no va a actualizar a Android O u otras versiones del sistema operativo del androide verde.
La última preview de Android O ya está disponible para los Pixel y Nexus
No obstante, y a pesar de que vuestros dispositivos no actualicen a la última versión, siempre podéis optar por instalar ROM’s personalizadas como LineageOS. Al fin y al cabo, esto es lo bueno de Android.
Cuando actualizar a Android O se convierte en una tómbola
Aunque el hecho de que vuestro dispositivo se actualice a una nueva versión de Android pueda parecer cuestión de suerte o casualidad, en realidad no es así. Y es que depende de tantos factores que la mayoría de las empresas deciden no invertir en el desarrollo del mismo por cuestiones que van más allá de lo económico.
Procedamos a explicar el proceso de actualización una vez lanzada la base del sistema para entender mejor las razones.
Liberación de drivers por parte de los fabricantes
Cuando los fabricantes como Qualcomm o Mediatek deciden lanzar un procesador al mercado, éstos deben incorporar una serie de drivers y controladores para hacer funcionar los distintos componentes del dispositivo (algo parecido a lo que podemos ver en los ordenadores). Una vez lanzados y si la base de Android es actualizada, queda en manos de éstos desarrollar unos nuevos drivers que hagan compatibles los componentes con la última versión del sistema. En la mayoría de casos – sobre todo si nos referimos a Mediatek – , deciden abandonar el desarrollo y por ende, el soporte oficial al procesador en cuestión.
Desarrollo y adaptación de las marcas
En el hipotético caso de que el fabricante del procesador decida dar soporte a las nuevas versiones de Android, la tarea de adaptar dicha versión recae en las marcas (Samsung, Sony, HTC, etc.). Debido a que la mayoría suelen incluir capas que modifican sobremanera la experiencia nativa de Android, este proceso suele ser más lento de lo que cabría esperar. Es por esto mismo por lo que algunas marcas deciden no invertir en el desarrollo de ciertos dispositivos, sobre todo en las gamas más económicas.
Lanzamiento de versiones por región y compañía telefónica
Tras tener lista la nueva versión de Android adaptada a nuestros dispositivos, las marcas deciden lanzar las actualizaciones de forma escalonada en distintas partes del mundo para no saturar sus servidores. Si nuestro terminal está financiado por alguna compañía telefónica, tendremos que esperar que la misma instale todo el bloatware libere dicha versión para ser instalada en nuestro dispositivo.
Teniendo en cuenta estos tres factores, las marcas suelen desistir debido, principalmente, a la inversión económica que esto requiere. En los terminales de gama alta este esfuerzo es rentable por los márgenes de ganancia por unidad, pero los pertenecientes a gamas de precios más contenidos resultan ser abandonados por los motivos que acabamos de mencionar.
¿Actualizará tu Samsung Galaxy a Android O? Descúbrelo aquí