Todos sabemos que el Galaxy Note 7 ya no se puede comprar en ningún lugar del mundo. Esto es algo que seguro has estado oyendo por todos los lados. Puede que sea el fiasco más importante de los últimos 10 años dentro de la tecnología, y sin duda, el más importante de este año. Samsung lo ha salvado cómo ha podido, perdiendo millones de dólares en la retirada del dispositivo. Pero los problemas no han acabado para la compañía, que sigue intentando retirar los terminales que todavía están en la calle.
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Hace cosa de un par de semanas, todos los Galaxy Note 7 de Reino Unido, vieron una actualización que les impedía cargar la batería más allá del 30%, esto es un porcentaje muy bajo, que obliga a devolver el dispositivo, ya que no podemos hacer un uso correcto del mismo. Este es el principal objetivo de la campaña, y parece que está funcionando en todos los países, menos en Corea del Sur.
Parece que los usuarios que compraron un Galaxy Note 7 en Corea del Sur se aferran a él de una manera que no entendemos. Cierto es, que estamos frente al mejor dispositivo del año, pero también cuenta con el factor de riesgo más elevado de la gama alta. Según Samsung, en Corea del Sur se vendieron unos 950.000 Galaxy Note 7. Pues bien, en estos momentos, hay 140.000 dispositivos que todavía no han sido devueltos a Samsung.
En el país, la compañía lanzó una actualización para que estos terminales no superaran el 60% de la carga de la batería, pero parece no ser suficiente. Esta cifra tan alta de dispositivos se está convirtiendo en un problema para Samsung, que quiere acabar de una vez por todas con el fracaso del Note 7.
Según los informes, Samsung lanzará una actualización clave para que todos tengan que devolver el terminal. Se trata de un corte de suministros en las redes móviles, dejando al Galaxy Note 7 totalmente inservible para conectarse. Todavía podrá hacerlo mediante redes Wi-Fi, pero cuando salgamos de dichas redes, no recibirá llamadas ni cobertura. Es una estrategia dura, pero que es necesaria para que los usuarios se conciencien de que tienen entre sus manos un dispositivo altamente inestable.