Hoy en el stand de Samsung en el Mobile World Congress hemos tenido la oportunidad de probar el Samsung Galaxy S7 y el Samsug Galaxy S7 Edge para despejar todas nuestras dudas surgidas tras su presentación oficial. Si con el Samsung Galaxy S6 la empresa coreana ya nos sorprendió con sus cambios en calidad de materiales y software, con el Samsung Galaxy S7 ha dado un paso más en esta dirección, mejorando los aspectos fuertes del anterior modelo y corrigiendo los débiles.
Samsung quiere mantener su liderazgo en la gama alta
La sensación en la mano de ambos smartphones es muy similar a la de la gama alta del año 2015 de Samsung, ya que tanto el diseño como los materiales se mantienen. Los teléfonos se sienten resistentes y destacan por su delgadez, especialmente el Galaxy S7 Edge gracias a su pantalla curva. Externamente se aprecian pocas diferencias, destacando que la cámara trasera ya no sobresale y la incorporación de la ranura para MicroSD y tarjeta SIM, con la posibilidad de sustituir la primera por otra tarjeta SIM. Las 5’1 pulgadas del Samsung Galaxy S7 y sus finos marcos tanto en la parte superior e inferior, como en los bordes de la pantalla, lo convierten e uno de los smartphones más cómodos de la nueva gama alta. En el caso de las 5’5 pulgadas de su hermano, el Samsung Galaxy S7 Edge, el hecho de tener la pantalla curva ayuda a que siga siendo de fácil uso con una única mano, mucho más cómodo que otros modelo de 5’5 pulgadas que carecen de esta característica.
La pantalla de estos dos smartphones se mantiene en la resolución 2K, que ahora tanto vemos en la gama alta, sin llegar a pegar el salto al 4K, algo que se agradece ya que las baterías aún no están los suficientemente evolucionadas como para soportar tanto consumo. Tanto el brillo, como la calidad de imagen y los colores destacan positivamente gracias al panel SuperAMOLED, que el año pasado consiguió coronarse con el Note 5 como la mejor pantalla del mercado.
La cámara de fotos es probablemente el aspecto más positivo del Samsung Galaxy S7, gracias a su apertura y su tecnología Dual Pixel. Si ya las fotografías de la anterior gama alta de Samsung ya eran impresionantes, con sus f/1.7 de apertura consigue captar mucha más luz que cualquier otro smartphone del mercado, algo que destaca especialmente en escenas con poca luz. Otro detalle que destaca es el rápido enfoque de la cámara, que permite sacar fotografías rápidamente, y que en el modo manual incluye la opción de enfoque múltiple.
Si nos paramos a analizar el software encontramos un TouchWiz renovado, que continúa su evolución hacia una capa más ligera y sencilla, prescindiendo de la gran mayoría de aplicaciones preinstaladas a las que nos tenía acostumbrados Samsung. Dentro del cajón de aplicaciones destacan cuatro carpetas, que contienen aplicaciones de Samsung, Google, Facebook y Microsoft. El punto más negativo probablemente del terminal, son precisamente todas estas aplicaciones de terceros que no se pueden desinstalar, aunque sí que se pueden desabilitar.
La capa de se mueve de manera fluída, sin ningún tipo de retraso y con una multitarea muy bien gestionada, que demuestra que han corregido los errores en este punto que tenía TouchWiz con Lollipop. La principal novedad en software de ambos terminales es la incorporación de Always On, que permite mostrar las notificaciones con la pantalla apagada y personalizar su apariencia, el consumo de batería es mínimo gracias al panel SuperAMOLED.
En el caso del Samsung Galaxy S7 Edge, las novedades de software más destacadas vienen relacionadas con su pantalla curva, que por fin comienza a añadir funciones realmente útiles. Ahora no solo se limita a permitir acceder a los contactos favoritos o a las aplicaciones recientes, sino que cuenta con toda una selección de aplicaciones para elegir en los paneles deslizables. Las que más nos han llamado la atención han sido las de tiempo, noticias o notas.
El único aspecto del smartphone que no hemos tenido la oportunidad de probar, ha sido su resistencia al agua y polvo, ya que en el stand no había ninguna zona habilitada para ello. De todas formas no dudamos de que la certificación IP68 nos permitirá estar tranquilos ante accidentes imprevistos.
Definitivamente, tanto el Samsung Galaxy S7 como el Samsung Galaxy S7 Edge, nos han dejado realmente impresionados, no tanto por sus puntos fuertes, sino por carecer aparentemente de puntos débiles. Está claro que marcas como LG, Sony o Huawei, van a tener que esforzarse mucho si quieren destacar frente a estos dos modelos. Ahora solo nos falta esperar al día 11 para que comienzen a distribuírse por nuestro país.