¿Tienes un móvil de gama media o gama baja que cada vez va peor? ¿Notas que tu dispositivo ha bajado su rendimiento en los últimos meses? Es normal que un smartphone con algún tiempo empiece a resentirse en algunas tareas y que su rendimiento, poco a poco, se quede obsoleto. Aún así, muchas veces somos los propios usuarios los que propiciamos este comportamiento más lento. Hoy te damos la clave para que tu móvil, sea de la marca que sea, funcione mejor y más rápido.
Vamos al grano. Es probable que tu móvil lleve meses encendido sin tomarse ni un solo descanso. Por supuesto, son dispositivos que están pensados para este fin, pero que agradecen una pausa de vez en cuando. Sobre todo cuando van haciéndose viejos y cada vez les cuesta más hacer las tareas.
Apagar el móvil durante unos minutos o reiniciarlo es una muy buena manera de dar un descanso a todos los componentes. También es una forma de borrar procesos en segundo plano y liberar las memorias volátiles del dispositivo.
Lo que se consigue cuando un dispositivo se apaga es que se olvide de todo lo que estaba haciendo y comience de nuevo. Esto hace que el sistema cargue más rápido y que las tareas en segundo plano se reduzcan considerablemente. Todo se resume en una carga menor de trabajo y un rendimiento mayor, aunque no es algo definitivo.
No es algo que debas hacer todos los días, ni mucho menos. Si tu móvil tiene problemas graves de rendimiento es recomendable que lo apagues 5 o 10 minutos una vez a la semana. No supone apenas esfuerzo y cuando se inicie de nuevo vas a notar una mejoría considerable.
Poco a poco el dispositivo irá volviendo al estado anterior, por lo que puedes repetir esta acción cuando comiences a notar una falta de rendimiento. Por supuesto, esto no debe ser necesario en móviles muy actuales o dispositivos de gama alta. Tampoco es magia y no hace que tu móvil sea mucho mejor, simplemente es un parche que puedes ir poniendo para que utilizarlo sea más cómodo y rápido.
Como caso extremo, si tienes un dispositivo muy modesto puedes pulsar sobre «reiniciar» una vez al día o cada dos días. Es un proceso que te llevará un minuto y que te dará unas cuantas horas de respiro hasta que todo vuelva a saturarse.