En un mercado tan competitivo como es el de la telefonía móvil, y con un fuerte dominio de grandes marcas como Samsung, Apple o Huawei, es difícil destacar entre tanta oferta de dispositivos. Los pequeños fabricantes deben tratar de innovar y esforzarse al máximo para conseguir destacar entre la abrumadora cantidad de marcas que luchan por hacerse un hueco en el mercado.

Ulefone Future, en preventa y con descuentazo

Si tenemos en cuenta que los grandes fabricantes siempre van a tener mejores equipos de I+D trabajando para ellos, la mejor manera de destacar es utilizando tecnologías ya existentes pero con planteamientos nuevos. A esto ha ayudado enormemente el crecimiento del mercado chino de componentes, ya que prácticamente cualquier fabricante puede incorporar en sus dispositivos las últimas tecnologías.

La importancia de la situación del sensor de huellas

Una de estas tecnologías que hasta hace poco solo se podían permitir los smartphones de gama alta era el sensor de huellas dactilares. Aunque Motorola fue el pionero en incorporar esa novedad con su Atrix allá por 2011, hasta que Apple lo presentó en su iPhone 5S esta clase de sensores no se popularizaron. Y a lo largo de estos últimos años han ido mejorando progresivamente su sensibilidad.

Desde que se pusieron de moda los sensores de huellas dactilares, su posición en los smartphones se limitó normalmente a la parte frontal o trasera, con ciertos inconvenientes en muchos casos. Por ejemplo, los sensores de huellas que se sitúan en la parte trasera de los terminales evitan que se puedan usar cuando los tenemos sobre la mesa, lo que nos obliga a cogerlo con la mano.

Uno de los mejores lugares para situar el sensor de huellas, es junto al botón de bloqueo, algo que hace la empresa Ulefone con su último modelo. Esto que permite desbloquearlo cómodamente con cualquier mano en una posición natural, tanto al agarrarlo como al desbloquearlo sobre una superficie. Eso sí, en estos casos es muy importante que la calidad del sensor de huellas sea mayor que la media, pues existe menos superficie para el reconocimiento de la huella.