Siempre que os traemos noticias sobre los procesadores de última generación que lanzan alguna de las compañías más importantes del mercado, os dejamos números como el de la cantidad de nanómetros en los que está fabricado. No es complicado saber que es la medida con la que clasificamos el tamaño de los procesadores. Cuantos menos nanómetros, más pequeño es el procesador.
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Pero muchos usuarios piensan que como más pequeño es un procesador, menos potencia tiene y por lo tanto, cuenta con mejor rendimiento. Esto es totalmente falso, ya que la lucha por reducir el tamaño de los procesadores tiene un claro objetivo: aumentar el rendimiento.
Como bien sabréis, en todos los dispositivos electrónicos hay transistores. En los procesadores, los módulos de memoria, de almacenamiento y en cientos de componentes más. Lo cierto es que cuando hablamos de reducir el tamaño de los procesadores, realmente lo que estamos haciendo es hablar de los transistores y de su tamaño.
Un transistor es capaz de representar un 1 o un 0, de tal manera que representa un código binario. Esto lo consigue dejando pasar, o no, la electricidad por él. Gracias a los miles de millones de transistores que tiene un procesador, puede hacer los cálculos a los que estamos acostumbrados.
Reducir el tamaño de los transistores repercute directamente en el tamaño final que tendrá el procesador. Además, reducir el tamaño de los transistores nos otorga mucho más rendimiento y ahorro energético. Por este motivo, las compañías siempre intentan reducir al máximo el tamaño de los procesadores, ya que se resume en más rendimiento, mayor eficiencia y menor tamaño.
En la actualidad ya se están fabricando procesadores de 10 nanómetros, lo que nos deja la posibilidad de tener dispositivos mucho más delgados y que se calientan menos. Poco a poco veremos como esta cifra baja y TSMC puede tener la clave, ya que lleva varios meses asegurando que para 2020 será posible fabricar procesadores de 5 nanómetros.
Por el momento tenemos que conformarnos con los 10 nanómetros, cifra que no está nada mal si contamos que hace unos 30 años hablábamos de procesadores fabricados en 2000 nanómetros.