Cómo afecta la inteligencia artificial a los smartphones de 2017

El desarrollo de los smartphones es algo que no tiene freno, raro es el día en el que no encontramos una filtración del próximo procesador, o de la próxima funcionalidad que intenta romper el mercado. Pero si hay algo que está a la cabeza de la técnica en 2017, eso son los procesadores. Vimos hace unos días los nuevos dispositivos de Apple y el procesador A11 Bionic que en los primeros test sintéticos ha destrozado la competencia. Por eso hoy vamos a analizar cómo afecta la inteligencia artificial a los smartphones de 2017.

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Cada fabricante incluye en sus procesadores diferentes tecnologías orientadas a la inteligencia artificial. Apple con su «Neural Engine», Huawei con su «Neural Processing Unit» y el próximo procesador de Samsung se rumorea que dedicará parte del mismo gestionar la inteligencia artificial. Por otro lado Qualcomm ha introducido ya hace varios años su conocido «Heaxgon DSP» dentro de sus Snapdragon y otros fabricantes como Nvidia están trabajando también es tecnologías análogas. Sus usos son variados, desde mejorar el reconocimiento facial en tiempo real hasta una buena cantidad de marketing que entra por los ojos al consumidor.

¿Cuál es el objetivo real de la inteligencia artificial?

A las compañías les encantaría pensar que están desarrollando procesadores que son suficientemente inteligentes como para imitar al cerebro humano. Pero lo cierto es que estos procesadores están orientadas a realizar tareas de forma más eficiente relacionadas con el «machine learning», es decir, que el dispositivo aprenda de tus gustos, tus aficiones o incluso tu forma de escribir para adaptarse a ti en el futuro cercano. Por ello es importante diferenciar el concepto de la inteligencia artificial del «machine learning» y no confundir términos.

Desde el punto del marketing esto algo que suele llamar bastante la atención y realizar una buena campaña hablando falazmente de la inteligencia artificial puede hacer a la marca vender una buena cantidad de dispositivos. Lo que tienen en común los fabricantes es que buscan mejorar la eficiencia de la experiencia de usuario, por ello el reconocimiento facial y de voz son dos de sus puntos principales. La eficiencia se fundamenta en aumentar el poder computacional de los procesadores a través de tres puntos clave:  reducir el tamaño, aumentar la computación y reducir la energía.

Por lo tanto, si bien estamos lejos todavía de tener un móvil que piense por si mismo y nos haga la comida, de momento tendremos que conformarnos con las mejoras de usabilidad que nos aportan a nuestro día a día. A corto plazo tendremos mejoras de rendimiento, de reconocimiento de voz, facial y audio, pero quién sabe si en un futuro nuestro móvil será capaz de otros procesos mucho más complejos.

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