Justo hace un mes Xiaomi presentaba al mercado la renovación de la smartband más conocida de los últimos años: la Mi Band 3. Varias han sido las características que se han renovado frente a su modelo antecesor, la Mi Band 2. Es el caso de la pantalla, que en este caso se convierte en táctil y aumenta su diagonal hasta casi la 1 pulgada. Pero la pantalla no ha sido lo único que se ha renovado en la tercera versión de la pulsera inteligente de Xiaomi. Si queréis conocer todos los detalles de ésta, os invitamos a seguir leyendo nuestro análisis de la Xiaomi Mi Band 3.
Hace unos meses también analizábamos la Xiaomi Huami Amazfit. Os recomendamos echar un vistazo al artículo correspondiente si queréis saber todo sobre el smartwatch de la marca china.
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Diseño conservador con algunos cambios evidentes
Si en los smartphones y las tablets el diseño es uno de los aspectos que más se tienen en cuenta a la hora de decantarse por un modelo u otro, en las smartbands su importancia se releva a otras características más importantes aún si caben. No obstante, Xiaomi ha decidido darle al diseño el cuidado que se merece, y eso se nota en cada resquicio de la Mi Band 3. A pesar de su ínfimo precio (algo más de 30 euros), la tercera versión de la pulsera de Xiaomi cuenta con un diseño bastante elegante para tratarse de una pulsera orientada a la actividad deportiva.
Esto se puede apreciar en la cápsula, el corazón de la pulsera. Su fabricación está constituida en plástico, a diferencia de algunos elementos como la pantalla y el lector de ritmo cardiaco. Si la comparamos con la Mi Band 2, los cambios son prácticamente inapreciables, a excepción del tamaño, que se ve aumentado por el agrandamiento de la pantalla y el botón táctil, que en este caso está integrado en el cristal de la pantalla.
En cuanto al resto de aspectos del diseño de la pulsera, la cual está conformada por la correa (viene incluida en la caja), tiene unos materiales basados en plástico y goma, de igual forma que la Mi Band 2 y anteriores versiones. Si bien es cierto que en su conjunto se siente cómoda en la mano, el aumento tanto del tamaño de la cápsula como de la correa puede no ser lo más conveniente para personas con muñecas no muy grandes, ya que resultará demasiado aparatosa para tratarse de una simple pulsera. Destacable es que cuenta con protección IP68 (las anteriores contaban con IP67), ideal para sumergirnos con ella en jornadas de natación, aunque no podremos hacer uso de su pantalla táctil bajo el agua, a menos que queramos usarla cómodamente.
Pantalla con notables mejoras
Uno de los aspectos más criticados de la Mi Band 2 tras su presentación fue la pantalla, la cual se antojaba pequeña para la mayoría de usuarios. En este caso Xiaomi ha hecho un buen trabajo, tanto a la hora de aumentar su tamaño como su visibilidad y resolución. En datos técnicos nos encontramos con un panel táctil con tecnología OLED, 0,72 pulgadas de tamaño y 128 x 80 puntos de resolución. Pero, ¿en qué se traduce esto en la vida real?
Visibilidad de la pantalla en exteriores (la cámara no capta la luz correctamente)
La experiencia bajo nuestro uso ha sido realmente satisfactoria. Por una parte, el mayor tamaño del panel nos permite visualizar más cantidad de información, como la previsión del tiempo para los próximos días o las notificaciones, las cuales – por fin – muestran su información a través de lineas de texto. La resolución también se ha visto mejorada, con una mayor definición de los textos y los números incluso cuando la fuente es ínfima, a excepción de en ambientes con mucha luz natural, donde su visualización se reduce enormemente, de tal forma que será casi imposible visualizarla si no contamos con sombra cerca.
Visibilidad de la pantalla en interiores
Por último, y no por ello menos importante, la capacidad táctil de la pulsera mejora sobremanera la experiencia conseguida con la anterior versión. No se trata solo de una feature sin importancia, pues su software nos permite interactuar con la misma a través de gestos (hacia arriba y abajo si queremos cambiar de apartado y hacia la derecha e izquierda si queremos cambiar la información mostrada). Al igual que la Mi Band 2, tendremos que pulsar el botón central para hacerla funcionar, ya que la pantalla por si sola no puede activarla.
Batería y autonomía inmejorables
La autonomía es sin duda alguna uno de los aspectos más sobresalientes tanto de la Xiaomi Mi Band 3 como de las anteriores versiones. Xiaomi promete una duración de 20 días reales bajos sus 110 mAh de batería, y bajo nuestras pruebas durante estas semanas (unos 14 días de forma continuada) ha cumplido sobradamente. Evidentemente, su duración depende del uso que le demos a la pulsera.
En nuestro caso sus funciones se han limitado únicamente a la medición de constantes, como el sueño, la frecuencia cardiaca y los pasos, además de la activación de la pantalla para ver la hora y la previsión del tiempo. Para este tipo de uso, y desde una carga completa al 100%, el porcentaje de batería se ha visto reducido tan solo un 16%. En el caso de que la usemos como lector de notificaciones, es probable que su autonomía se reduzca de forma significativa. En cualquier caso, la autonomía nos parece su punto más fuerte respecto a otras pulseras de la competencia. Debemos mencionar que su carga se completa en algo menos de 2 horas.
Funcionamiento y rendimiento esperados
En este aspecto poco o nada se puede decir. La experiencia de su software es igual de satisfactorio que en la Mi Band 2: el tiempo de respuesta de las acciones es instantáneo, y la pantalla táctil funciona sin ningún tipo de retardo, incluso a la hora de usar los gestos en pantalla.
Respecto a sus posibilidades, no cuenta con grandes cambios respecto al modelo anterior. Si bien es cierto que muestra varias pantallas con distintos apartados como el tiempo o los pasos, las diferencias con la Mi Band 2 son escasas. Donde sí ha cambiado es a la hora de mostrar las notificaciones. Antaño teníamos que recurrir a aplicaciones que nos tradujese el texto del mensaje notificado. Ahora la pulsera puede hacerlo de forma nativa, aunque solo con las aplicaciones compatibles con la aplicación de Mi Fit.
En cuanto a las tareas de monitorización, la experiencia no ha sido tan satisfactoria como en anteriores apartados. El ritmo cardiaco en este caso se demora hasta casi 15 segundos en ser medido, y el número total de pasos es superior al medido con la Mi Band 2 y otras aplicaciones de medición especificas. Suponemos que su funcionamiento se irá mejorando con futuras actualizaciones de software, ya que la pulsera ha salido al mercado hace tan solo unas semanas.
Nuestra opinión de la Xiaomi Mi Band 3
Llegamos a las conclusiones del análisis de la Xiaomi Mi Band 3. Tras 2 semanas de uso en situaciones reales, la renovación de la mítica pulsera de la marca china nos ha parecido un buen producto en aspectos generales. La integración de una pantalla más grande y con tecnología táctil resulta un acierto evidente. También su batería y el diseño tanto de la cápsula como de la pulsera, si bien éste no es todo lo compacto que desearíamos, como hemos mencionado anteriormente.
En cuanto a los aspectos negativos de la Mi Band, su deficiente medición a la hora de tomar las pulsaciones y los pasos nos deja con un sabor agridulce, ya que versiones anteriores de la misma lo hacían sin ningún tipo de problema, si bien puede ser resuelto mediante software a través de actualizaciones. A modo de conclusión, creemos que la Mi Band 3 no solo se trata de una renovación sin duda alguna a la altura de las exceptivas, sino que se trata de la mejor pulsera inteligente del mercado en su rango de precio (en torno a los 30 euros en tiendas chinas).
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