Hoy por fin, analizamos el Samsung Galaxy S8+, el terminal de moda y la nueva apuesta de Samsung para reinar en la gama alta de este año. Este terminal sin lugar a dudas ha estado en boca de todos en esta primera mitad de año, sea por las numerosas filtraciones antes de su presentación, por la polémica que ha generado, y por su situación en la gama alta, que a día de hoy, es ser el mejor terminal del mercado.
Hace dos años, pudimos ver la primera apuesta por las pantalla curvas en el mercado, y fue Samsung con el S6 Edge. Un terminal que no era perfecto, pero que su diseño ya empezaba a llamar la atención. Un diseño que se convertía en la envidia de todas las marcas. Sus puntos flojos eran la batería, la resistencia al agua y el almacenamiento. Puntos débiles que se arreglaron en su próximo terminal.
El año pasado, en el Mobile World Congress, pudimos conocer el S7 y S7 Edge, dos terminal que llegaban a mejorar todo lo que había hecho el año pasado mal Samsung. Tenía una gran batería, resistencia al agua, posibilidad de aumentar la memoria interna mediante tarjetas microSD, y un sinfín de buenos argumentos para convertirse en el mejor móvil del mercado. Obviamente sin dejar de lado su diseño, que volvía a ser curvo.
Después de pasar unas semanas con el Samsung Galaxy S8+, hoy os traemos su análisis para ver si realmente ha cumplido todas las expectativas que tenían los usuarios, y para comprobar si realmente se coloca como mejor terminal del mercado.
Vamos a ir paso por paso en el análisis de este nuevo terminal de Samsung, y lo primero que vamos a repasar es su diseño, que puede ser su punto más importante. Nos encontramos con una pantalla de 6,2 pulgadas en un cuerpo bastante compacto. En comparación con el S7 Edge, solo crece un centímetro, y gana 0,7 pulgadas en la pantalla. Esto es gracias a su nueva «Pantalla Infinita» que nos deja con unos marcos casi inexistentes y nos trae un nuevo formato de pantalla: 18,5:9, que nos hará disfrutar del terminal de una forma distinta.
En cuanto a los materiales, nos encontramos que sigue apostando por el cristal en la parte trasera y el metal en los bordes. Esta vez, no nos encontramos un sensor de huellas en el botón de Inicio, pero sí un sensor de huellas en la parte de atrás, justo a la derecha de la cámara. Una posición que ha generado mucha polémica y que no creemos que sea acertada. En otros Galaxy, hemos criticado que la cámara del móvil sobresalga, algo que ha corregido Samsung este año con su cámara de 12 megapíxeles. El altavoz se encuentra en el borde inferior del smartphone.
A la mano, el terminal es una completa maravilla. Nunca un terminal te ha ofrecido una experiencia como la del Samsung Galaxy S8+, con unos marcos que prácticamente ni existen, con la posibilidad de consumir contenido en tu móvil de una forma distinta, teniendo mucha más información a la hora de leer o ver cualquier imagen o texto. Esta experiencia cambia al utilizarlo en horizontal, ya que, aunque hay pocas aplicaciones que ya están optimizadas a este formato, en la mayoría vemos que lo tenemos que utilizar con franjas negras en los laterales.
En resumen, su diseño se convierte en su punto más fuerte, con una pantalla de 6,2 pulgadas que simula el cuerpo de un terminal de menos de 5,5 pulgadas, con un peso comedido y unas dimensiones nunca vistas antes. Su peor punto, y que esperemos que no lo tome por costumbre Samsung, es el sensor de huellas. Nunca desbloquear un smartphone ha sido tan difícil. Y eso, en un móvil de 909 euros, es un punto muy malo.
El punto malo de Samsung, el punto en el cual fallaba siempre en todos sus terminales, sean de gama alta o de gama bajo, ha empezado a ser un punto que suma, y mucho. Nos encontramos la nueva capa de personalización de Samsung, Samsung Experience, que nos ofrece una experiencia de usuario increíble en el día. De primeras, nos encontramos una capa de personalización menos cargada, más minimalista, más parecida a Android puro que nunca, y eso gusta mucho.
Samsung ha conseguido coger lo mejor de Android puro que es su sencillez y diseño, y coger lo mejor de Touchwiz, que son todas las funciones que tenían los móviles Samsung. Ahora tenemos una capa de personalización con un sinfín de funcionen que suman a lo largo del día. Nos encontramos la barra Edge que lo podemos personalizar a nuestra manera: con nuestros contactos, un calendario, una brújula, con las funciones de capturar pantalla y demás. También, tenemos que sumar la tienda de Galaxy Apps, con aplicaciones, temas y fondos de pantalla exclusivos.
En la parte de Ajustes rápidos del panel de notificaciones, podemos encontrar muchas más funciones que en otra capa de personalización. Otro de los puntos fuertes de esta capa es su sistema de notificaciones y posteriormente, el Game Launcher. Samsung ha conseguido de una forma bastante eficaz que nos lleguen las notificaciones que sean, no moleste al usuario al estar utilizando el terminal. Sale una notificación muy pequeña emergente en la parte de arriba y se iluminan los bordes del terminal con el color de la aplicación.
En cuanto a Game Launcher, vemos que Samsung se enfoca en dejar jugar a los usuarios. Tiene compatibilidad con casi todos los juegos de Google Play, y hace que no tengamos ningún tipo de interrupción a la hora de jugar con notificaciones, llamadas, toques fantasmas y demás. Samsung ha conseguido que su capa de personalización se convierta en una de las mejores del momento, aunque sigue sin ser perfecta, ya que notamos algún que otro lag en el launcher por defecto a la hora de abrir el cajón de aplicaciones. Nada alarmante, pero que Samsung tiene que arreglar. De Bixby, no vamos a decir mucho. Un asistente que todavía no se puede probar, y que más adelante daremos nuestra opinión.
Vamos a comenzar con el apartado de multimedia con la pantalla. 6,2 pulgadas con resolución FullHD+ por defecto, pero que puede llegar a ser QHD+, Gorilla Glass 5 y una densidad de píxeles de 567. Una pantalla que ha tenido bastante polémica por el tema de la pantalla roja, problema que nosotros sí sufrimos, pero que ya hemos comentado. En cuanto a la calidad y tecnología del panel, Samsung ha conseguido que esta pantalla SuperAMOLED sea la mejor del mercado, con unos grandes niveles del brillo, con una muy buena interpretación de los colores y menos saturación que otros años. Una pantalla espectacular que gracias al diseño, hace que nos sumerjamos de lleno en el smartphone.
La cámara de este Galaxy S8+ tiene luces y sombras, y vamos a comenzar por lo malo, que es lo que menos importancia tiene. Estamos viendo en el mercado como Google consigue unas fotografías espectaculares con el modo HDR+, iPhone consigue un modo retrato único con su doble cámara, Huawei apuesta por dos cámaras, una monocrómatica y otra no, y LG apuesta por otro módulo de doble cámara con un gran angular, ¿y qué hace Samsung? Pues no innovar, simplemente mejorar por poco lo del año pasado, algo que no llega a ser malo, ya que el S7 Edge tenía una de las mejores cámaras del mercado, pero sí podíamos haberle pedido algo de innovación.
Una vez comentado esto, vamos a comentar qué tal es la cámara de este terminal. La hemos podido probar en todo tipo de condiciones: interiores, exteriores, poca luz… y nos hemos dado cuenta que tenemos una cámara «todoterreno». No falla en ningún momento, siempre saca una buena fotografía, con muy buena calidad, con poca saturación en los colores, muy buena interpretación de los colores y bastante luz. Quizá por las noches le podemos achacar que sigue «amarilleando» un poco la fotografía, pero aún así, se convierte en una de las tres mejores cámaras del momento.
En cuanto a la cámara frontal de fotos, nos encontramos un sensor de 8 megapíxeles, que nos da unas fotografías con muy buena calidad, pero que no se convierte en la mejor cámara de su sector. Otras cámaras como la del Pixel quedan por delante. Su fallo: en poca luz falla más de lo que debería, recogiendo demasiada luz donde no la hay, y saturando mucho los colores. Arriba os dejamos una galería de fotos hechas con este terminal, fotografías que no están a su calidad original dado que pesan demasiado, pero os dejamos un link con las fotografías originales.
Este Galaxy S8+ se convierte en el terminal más potente del momento, con un procesador Exynos 8895 a una velocidad de 2.3 GHz, que está fabricado en una tecnología de 10 nanómetros que nos da un rendimiento y consumo energético más alto que generaciones anteriores. Otros aspectos a destacar es que no incluye radio FM, y sí incluye la certificación IP68, que le hace ser resistente al agua.
No hemos tenido ningún tipo de problemas a la hora de probar la potencia del terminal. Tanto en los juegos más potentes de Google Play, como en los más sencillos, nos ha dado un rendimiento de 10. Ningún tipo de bajón de FPS ni falta de potencia. Tenemos que destacar que a la hora de utilizarlo durante varias horas jugando, el terminal no se ha calentado lo más mínimo, algo que se agradece en el día a día.
La batería de este terminal es de 3.500 mAh. Al principio, se antojaba corta, dado que el año pasado el S7 Edge tenía una batería parecida y una pantalla mucho más pequeña, pero nos ha sorprendido gratamente. Este terminal nos ha dado una media de entre 5 y 6 horas de pantalla, consumiendo multimedia, aplicaciones de peso, juegos, y uso entre WiFi y 4G. Un buen consumo que le permite al S8+ no tener puntos débiles en el apartado del hardware. Tenemos carga rápido, que carga el terminal completo en poco más de una hora.
Otros detalles a destacar del móvil es que lleva escáner de iris. Un escáner de iris que mejora mucho con respecto al Note 7, pero que sigue fallando. En condiciones de mucha luz, por ejemplo, en la calle con sol, no funciona directamente. Y si llevamos gafas, muchas veces no nos reconoce el iris. Si lo utilizas en el día a día y le coges el truco, puede llegar a ser cómodo, pero no puede llegar a ser, al menos de momento, un método para desbloquear un terminal.
Resumiendo todo este análisis, nos encontramos con, seguramente, el mejor terminal del momento, pero que tiene algunos puntos débiles que no debería tener un terminal de 900 euros.
El software todavía tiene que ser pulido, para no tener ningún tipo de lag en el launcher de fábrica. El sensor de huellas es lo peor del móvil, algo que no tiene arreglo. Es incómodo se mire por donde se mire, y es algo que estropea toda la experiencia de usuario del terminal. El escáner de iris todavía no ha tocado techo, tiene que mejorar aún más. La cámara, sigue siendo de las mejores, pero esperábamos una evolución más grande y algo que lo diferenciase del resto. Ni doble cámara ni innovación.
En cuanto a las cosas buenas, vemos que este S8 tiene el mejor diseño del mercado, que será difícil de superar en este 2017. Un rendimiento envidiable en todos los aspectos, con el mejor hardware del mercado, una batería que dura el día sin problemas, y una cámara que cumple en todas las situaciones.
El Samsung Galaxy S8+ se posiciona como el mejor de su sector, pero tiene algunos fallos que no se pueden permitir en un móvil de 909 euros. Veremos qué hace Samsung para remediarlo en siguiente generaciones y si aprende de sus errores, como sí ha hecho en años anteriores.