Android, como cualquier sistema operativo, tiene sus ventajas e inconvenientes frente a alternativas de la competencia. Sin duda, uno de sus puntos débiles desde siempre, ha sido la fragmentación. Las marcas no han actualizado sus teléfonos como debían y eso ha causado que en el mercado actual haya múltiples versiones de Android conviviendo. Demasiadas. Google intentó poner remedio a esto con Project Trebble, una novedad que llegó con Android Oreo y que separaba el sistema en sí de la capa de personalización del fabricante para una actualización más sencilla.
Este mismo año, hemos visto como Google presentaba Project Mainline, que llegará con los teléfonos con Android 10 de serie y que divide el sistema en módulos para una mayor facilidad a la hora de actualizar. Esto es lo que nos permitirá instalar los parches de seguridad mensuales a través de Google Play. Ahora Google está trabajando en las actualizaciones diámicas del sistema (Dynamic System Updates o DSU en inglés) y parece ser que revolucionará el futuro de las actualizaciones.
Las actualizaciones dinámicas del sistema permitirán probar otras versiones de Android fácilmente
En los últimos años, estamos viendo como cada vez más fabricantes se atreven a lanzar versiones beta de su software para que las prueben los usuarios y así corregir los errores. A cambio, los usuarios pueden probar en exclusiva la nueva versión de Android antes de que se lance de forma estable. El problema es que para hacer esto, tenemos que perder nuestros datos del teléfono, pues al instalar una versión beta, estamos cambiando el software por completo, no se trata de una actualización progresiva. En muchas marcas, esto también implica tener que desbloquear el bootloader. Esto ya lo vimos en el tutorial de la beta de Android 10 para los OnePlus 7.
Pues bien, en XDA Developers han encontrado indicios de la próxima gran novedad que presentará Google: las actualizaciones dinámicas del sistema. A grandes rasgos, este nuevo tipo de actualizaciones permitirá probar una nueva versión de sistema operativo, una beta, por encima de la versión actual de nuestro teléfono. Por ejemplo, podríamos tener nuestro teléfono en Android 10, pero instalar sobre él Android 11, sin perder datos ni la versión de software anterior. Todo gracias a las actualizaciones dinámicas.
Si tuviésemos grandes problemas con la nueva versión o simplemente nos hemos cansado de probarla, con tan solo reiniciar nuestro teléfono, volveríamos a la versión estable anterior que teníamos. Esto puede revolucionar el futuro de las actualizaciones de versiones beta para nuestros teléfonos, pues muchos usuarios no están dispuestos a probarlas por la consecuente pérdida de información y dificultad en muchos casos.
De este modo, podríamos instalar la nueva versión de software sin tener que eliminar la anterior ni sus datos. Simplemente sería como un sistema operativo arrancando por encima de otro, pero que con un solo reinicio, volvería a la normalidad. Esto también ayudaría a combatir la fragmentación, pues sería más sencillo el desarrollo de versiones beta.