Hace unos años hubiera sido inimaginable pensar en el número de smartphones que encontramos actualmente en el mercado. Por suerte para todos nosotros, el sector de la telefonía móvil va en aumento y cada vez encontramos más marcas que emergen para competir entre ellas, creando un catálogo muy amplio de terminales, además de las diferentes gamas, precio y especificaciones.
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Wiko es una de esas empresas que han querido dejar su huella en este sector, y la firma francesa se ha desligado de la gama más pro para centrarse en terminales más asequibles en cuanto a precio y cuyas características estén más destinadas a un público que no necesita las mejores especificaciones para su día a día. Hace unos meses Wiko presentaba sus novedades para el 2016, donde centraba sus esfuerzos en captar usuarios a través del diseño y especificaciones que otros competidores de la marca no tuvieran.
Wiko Robby es un ejemplo de ello; pocos phablet de tan bajo precio encontramos en la actualidad, además de contar con otras características que os detallaremos en este análisis.
Especificaciones
Este Wiko Robby pretende, como su competencia, vender las mejores especificaciones posibles al precio que compite. Incluye una pantalla de 5.5 pulgadas con un panel IPS y resolución HD, dentro encontramos un procesador MediaTek MT6580 de cuatro núcleos que corre a 1,3 GHz. Su memoria RAM es de solo 1 GB -ya estamos acostumbrados a ver más memoria para otros terminales del mercado- y su memoria interna es de 16 GB, pudiendo ampliarlos con una tarjeta MicroSD.
A todo esto le acompañan sus cámaras de 8 megapíxeles con flash LED, siendo la frontal de 5 megapíxeles con flash frontal. Su batería es de 2.500 mAh, una buena cifra para el terminal y llevando Android 6.0 Marshmallow. Pero este Wiko Robby tiene una gran ausencia: no cuenta con conectividad 4G, algo que nos ha sorprendido.
Diseño
Durante este último año hemos ido viendo cómo impera cada vez más el diseño metálico en muchos terminales; ya no es una opción premium de la gama más pro, sino que muchos terminales de la gama media como el Xperia M5 o algunos Energy Sistem ya incluyen este tipo de diseños con el fin de dar un aspecto mucho más elegante.
En el caso de este Wiko Robby, y teniendo en cuenta la gama en la que juega, el diseño metálico-premium queda más en un intento que en lo que realmente es. En un principio se puede pensar que este smartphone cuenta con un diseño metálico, pero tan solo es en parte. La parte trasera lo es, pero el resto de lo que podamos encontrar es una simple imitación en plástico. Repetimos, esto no quiere decir que este terminal sea peor por ello, pero quizás esperábamos un cuerpo metálico en su totalidad y nos hemos quedado algo fríos.
Por otro lado, la parte curvada trasera ha sido un aspecto positivo a tener en cuenta, ya que se trata de un phablet de 5.5 pulgadas y se agradece enormemente que el uso en la mano sea tan sencillo, aunque en superficies lisas al apoyar el terminal puede resultar incómodo. Por lo que respecta a la distribución de botones en el terminal, encontramos todos ellos en la parte lateral derecha, el jack de 3.5 milímetros en la parte superior y en la inferior, el microUSB de carga.
Además, cuenta con dos altavoces frontales y los botones en este caso son capacitivos, por lo que se encuentran dentro de las 5.5 pulgadas que tiene de pantalla. Y algo muy pero que muy llamativo: la tapa trasera se puede levantar, dejando a la luz la batería -también extraíble- y las ranuras para colocar dos microSIM y una microSD.
Pantalla y cámara
Casi siempre hemos visto cómo sin poder evitarlo, un phablet o un smartphone con la pantalla más grande era sinónimo de ser de una gama alta, con precios que muchos usuarios descartaban al verlo. Wiko ha decidido que romper con eso puede ser una buena estrategia, y por eso han decidido apostar por hacer low-cost este Robby.
La pantalla, con resolución HD, es más que suficiente para este terminal y nuestra experiencia de usuario ha sido satisfactoria. Hay que tener en cuenta que se trata de un terminal que no busca tener las mejores especificaciones, sino mantenerse en unas básicas para un público que no necesite exigir demasiado al terminal. Como hemos visto en otros smartphones analizados, una resolución HD no tiene por qué traducirse en una mala experiencia, sino que es una manera también de ahorrar batería.
Sus cámaras por otro lado, cumplen con lo básico. Volvemos a recordar que si comparamos con cualquier terminal pro de este año, Robby no compite en esos términos. Su cámara principal trabaja de manera satisfactoria en condiciones con buena luminosidad, al igual que la delantera. Pero, como podíamos imaginar, el resultado con poca luminosidad deja que desear. Así que en el caso de la poca luminosidad, lo mejor en ambos casos es hacer uso directamente del flash LED y frontal.
En general, la aplicación de la cámara es bastante completa y deja jugar entre varios modos (en la delantera contamos con modo belleza) y con varios parámetros, pudiendo conseguir a través de ellos mejores resultados que el que ofrece el modo automático de la cámara. Un problema con el que nos hemos encontrado desde el principio ha sido el ruido en las imágenes; lo cierto es que en varios casos -incluyendo el modo nocturno- hemos visto cómo la imagen terminaba siendo un aspecto que desmejora bastante el resultado final.
Rendimiento, experiencia de usuario y batería
El procesador MT6580 acompañado de la GPU Mali 400 dejan, junto con su memoria RAM de 1 GB, un rendimiento bastante básico. Como era de esperar, la multitarea no es tan fluida como en otros terminales que encontramos en el mercado, estando más enfocado a un uso más limitado de pocas aplicaciones como las que usa un público determinado: redes sociales, mensajería instantánea, algún juego que no requiera grandes esfuerzos para este Wiko Robby…etc.
Nos hemos podido dar cuenta de que si hacemos uso de la memoria RAM a su límite, el terminal termina achacando su limitación y podemos encontrar cierto lag en el escritorio o a la hora de intercambiar aplicaciones. Wiko es consciente de ello, pero repetimos: es un terminal que no busca competir entre los mejores, por lo que sin necesidad de más uso que lo más básico, puede responder aceptablemente.
Una de las cosas que más han sido remarcadas en este Wiko Robby era su sonido envolvente 3D. Con sus dos altavoces en la parte frontal y Auro 3D como software para trabajar el sonido, eran una de las características de la que esperábamos más. Pero lo cierto es que, a pesar de tener esta tecnología, el resultado final no ha terminado de convencernos; el sonido, finalmente, tanto haciendo uso de cascos, como altavoces y modificando los parámetros que nos ofrecen desde el software es bastante pobre. Quizás nos haya dejado un poco fríos el hecho de que el sonido al máximo se distorsione en muchas ocasiones, el «metalizado» sonido termine siendo el resultado final y no hayamos encontrado la manera de mejorar este aspecto.
Por otro lado, este Wiko Robby cuenta con Android 6.0 Marshmallow en su interior, con una interfaz muy parecida a la de Android stock con pinceladas para personalizarlo. Aunque para muchos el que corra bajo esta versión de Android debería ser un must, a nosotros nos ha sorprendido muy gratamente que un teléfono de esta gama venga con Marshmallow de serie. Además, deja disfrutar de la mayoría de sus funcionalidades al apenas otorgarle personalización, y lo que encontramos son mejoras que ayudan al terminal. Podemos encontrar un apartado de gestos que personalizar para determinadas acciones, así como una app para «optimizar» esa RAM algo escasa.
La batería ha sido uno de los aspectos que mejor sabor de boca nos han dejado; 2500 mAh son los que dan vida a este Robby, y después de varios días de uso podemos asegurar que a pesar de su gran tamaño tienen mucho que decir. Gracias al buen resultado de Doze por parte de Android y un modo más agresivo y básico que incluye llamadas y mensajes, hemos podido ver cómo haciendo tanto uso cotidiano como intensivo, Wiko Robby responde muy bien y aguanta horas y horas de vídeos, mensajería, cámara, etc. durante fácilmente dos días.
Conclusiones
El hecho de encontrar un terminal de 5.5 pulgadas al alcance de cualquier usuario es un gran acierto. Wiko Robby quiere romper con la barrera de dejar los phablet para aquellos que sean más exigentes o quieran gastar más dinero. Así, encontramos finalmente un terminal que es de los pocos que por un precio bastante justo -unos 130€- puede cumplir con las funciones básicas de su gama.
Aunque sus prestaciones no son lo mejor del mercado, este Wiko Robby puede cumplir aceptablemente un uso comedido y normal de un usuario que finalmente, lo que busca es una pantalla más grande de lo que encontramos por ese rango de precio, con una buena autonomía y que no achacará males como la memoria RAM o el comportamiento de la cámara en algunas situaciones.
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